Pretty face.
Luego de una larga jornada laboral y parte de la madrugada en vela para todo el equipo del doctor Park, la mayoría pudo irse finalmente a descansar cuando la cirugía terminó exitosamente, la extracción de bala no fue complicada, pero la fractura en sus costillas lo era, por lo que tenían que tener más cuidado al tratarlo.
Jungkook fue trasladado a la habitación veintidós en el piso tres, donde se encontraban todos aquellos heridos fuera de peligro. Aún estaba inconsciente y quien sabe cuando despertaría, pero para Jimin no habría prisa porque despertara, sus puntos vitales estaban intactos y eso era suficiente. Su cuerpo necesitaba descansar.
—¿Me dejas invitarte al desayuno, o acabaste tu turno? —Jimin levantó su vista de los expedientes para toparse al otro doctor en el marco de la puerta, sonriéndole amigable. Park sonrió de medio lado y se inclinó en la silla.
—No sabía que estarías aquí tan temprano, Minhyun —se cruzó de brazos—. Generalmente tienes la mala costumbre de llegar tarde.
—Oh vamos, no seas así. Esta vez lo hice por ti, ya que te la pasas echándome en cara de mis tardías —entró a la oficina, y tranquilamente se sentó en frente del escritorio.
Minhyun fue uno de sus mejores amigos universitarios, y curiosamente su roommate por todo el tiempo que estuvieron terminando la carrera de medicina. Él era mayor por tres años, y uno de los tantos alfas que lo cortejaban en años anteriores. Minhyun nunca mostró su interés hacia él, pero ahora que ambos se habían encontrado como doctores en un mismo hospital, eso le había abierto los ojos para quizá intentar una posible relación con Jimin.
Nunca sintió esa conexión de "destinado", pero no le importaba. Muy pocos lograban encontrar a su pareja y esta vez no sería la excepción, quería intentar algo con el médico.
Por otro lado, Jimin no estaba interesado. Todas las veces que Minhyun había liberado sus feromonas para atraerlo nunca habían funcionado. Y aunque supiera implícitamente que lo hacía porque su compañero estaba tratando de acercarse de otra manera, él nunca le puso atención.
Jimin no estaba interesado en relaciones, y aunque de vez en cuando llamaba a su madre para saber cómo estaba, y esta le tiraba en cara cuando pensaba atar su vida a otro alfa, él nunca la escuchaba. Al contrario, escuchaba la voz de su padre en su oído, diciéndole lo inútiles que se volvían los omegas luego de formar una familia, puesto que sólo para cuidar de la casa y la familia servían. Jimin lo recuerda como si hubiese sido ayer, como si su padre estuviera vivo y le susurrara al oído lo asqueroso y decepcionante que fue tener un hijo omega.
—Sabes que no podría echarte —contestó Jimin riendo—. En realidad estoy terminando turno, en la noche llegó un paciente con impacto de bala, heridas hechas con objetos punzocortantes y costillas fracturadas. Tuvimos que iniciar primero con la cirugía y luego desinfectar las heridas. Todos los chicos están agotados.
—Ya veo, ¿dejarás al paciente a alguien más? —preguntó curioso.
—Pensaba hacerlo, pero primero necesito monitorear el avance de la cirugía en las primeras cinco horas. Hasta no terminarlas, me temo que no podré irme a casa —bostezó.
—Jimin, recuerda que debes descansar. Has trabajado arduamente todos estos días pero cuida de tu salud, no creas que porque eres médico eres inmune a cualquier tipo de enfermedad, cansancio, o fatiga...
—Lo sé, lo sé, este fin de semana lo tendré libre. He pedido días de descanso al director del hospital y me los ha concedido. Chanyeol me cubrirá esos días —comentó, mientras acomodaba los documentos en su escritorio.
Minhyun asintió. Jimin era bastante profesional y serio, nunca se atrevía a pedir días libres por temor a que algo malo pasara cuando no estuviera en el hospital, ya que era la mano derecha del director. Sin embargo, esta vez lo necesitaba, puesto que era el cumpleaños de su madre.
—¡Doctor Park! —la misma enfermera que le había dado la noticia del chico de ayer, fue la que interrumpió nuevamente en su habitación—. Disculpen por la interrupción pero... Pero el paciente de ayer...
Jimin se levantó de su escritorio, preocupado.
—¿Qué pasa con el paciente Jeon? —exigió. No era posible que algo hubiera salido mal en la cirugía, ¿verdad?
Es decir, todo estaba bajo control y no había forma de que empeorara porque estaba fuera de peligro. Según los cálculos de Jimin, más bien este debía estar despertando pronto, no empeorando.
—É-Él... Él está...
—¡Con un demonio, Lia! —frunció el ceño, molesto—. Escúpelo de una vez antes de que yo mismo baje al piso a checar que está pasando.
La enfermera asintió, y se tranquilizó. Debía añadir que a nadie le gustaba ver a Jimin enojado.
—No es nada malo. Al contrario, se supone que debería ser bueno. El paciente despertó, sin embargo... ¡Está apunto de irse! Está desconectando todos los cables y el suero para marcharse. Es una locura, ¡traté de detenerlo pero no hace caso!
—¿QUE ÉL ESTÁ HACIENDO QUÉ? —se
exaltó, intercambiando una mirada de sorpresa junto a Minhyun.
Nunca, en sus cinco años de ser doctor le había tocado un paciente tan revoltoso como para querer salir huyendo después de una cirugía. ¡Peor aún! Después de tener sus costillas fracturadas. ¿Qué clase de maniático loco era para querer salir del hospital en esas condiciones?
Jimin inmediatamente salió de su oficina, seguido de Minhyun y la enfermera. Debía estar muy débil como para moverse, ¿entonces de dónde había sacado la determinación y fuerza para querer salir del hospital? Por supuesto que no lo iban a dejar, pero seguía siendo sorprendente.
Jimin lo meditó mientras iba hacia la habitación. Era un teniente de la policía del norte, a lo que había escuchado, los que más protegían a la nación y fuertes en cuanto a equipo. Seguramente también eran de los alfas tontos que se creían invencibles y que nada podría destruirlos.
Al pensar en esto, se enfureció. Nunca entendían la gravedad de las cosas.
Tontos alfas.
—¿Se puede saber qué demonios crees que estás haciendo? —Jimin entró a la habitación enojado, abriendo la puerta con fuerza y cerrándola tras él. De su mismo coraje ni siquiera notó que había dejando a Minhyun y a la enfermera Lia que venían tras él afuera.
Lo primero con lo que se topó Jimin al entrar fue con la espalda marcada del alfa. Jungkook estaba ahí, con la venda cubriendo todo su pecho y abrochándose los pantalones.
Y joder, por más herido que estuviera no dejaba de verse extremadamente deseable. Los ligamentos y músculos de espalda resaltaban con el movimiento, y por un segundo Jimin se perdió en el espacio sideral, olvidándose hasta de la razón por la cual estaba enojado.
Si bien era cierto que él ya lo había visto sin camiseta por la cirugía, el omega no evitó mirar con cierta profundidad la espalda marcada del policía, no era tan musculosa y ancha como para darle una imagen grotesca, pero sí lo suficientemente atractiva para que su lobo se retorciera y pidiera desesperadamente lanzarse al hombre que estaba delante de él.
Nunca sintió esa necesidad de lanzarse hacia algún alfa, pero esta vez se sentía algo abrumado por la reacción de su omega interior.
¡Se suponía que no estaban interesados en ningún tipo de relación! Ahora al parecer su lobo lo estaba traicionando.
—Ejem, estoy hablando contigo —aclaró su garganta, saliendo de su trance.
—Si es el doctor que cumplió con su trabajo al salvarme la vida. Se lo agradezco mucho, no sabe cuánto estoy en deuda con usted. Pero tengo que irme ahora, no estoy para este tipo de cosas.
—¿"Este tipo de cosas"? ¿O sea que una bala y una cirugía no fue suficiente?
—Soy teniente de los grupos más importantes de la policía nacional. He recibido peores heridas —terminó por abrochar su cinturón y tomó la camiseta que estaba en el respaldar de la cama. Cabe destacar que en ningún momento lo volteó a ver. No estaba interesado.
Habría encontrado indicios de lo que podía ser la estafa más grande de la zona, no podía quedarse ahí en el hospital y jugar de enfermo.
—De aquí no vas a salir. No estás en condiciones de hacerlo.
—¿Ha sí? ¿Y quién me va a detener?
Jungkook se giró molesto por la insistencia del doctor, no sabía quién era pero fuese quien fuese, no le importaría apartarlo de su camino. Al voltearse esperaba encontrarse con un doctor treintón, grueso, y quizá con indicios de calvicie, tenía un dulce aroma que gritaba por todos lados omega, pero esto a él no le importó.
No le importó hasta que logró encontrarse con aquel hombre de rostro y cuerpo perfecto. Jungkook se quedó estático mirándolo de pies a cabeza, imposible que ese fuese el doctor, ¿no?
Por otro lado, Jimin abrió sus ojos sorprendido cuando sintió el aroma de aquel alfa nuevamente en el aire, un fuerte y embriagante olor que lo hizo sentirse mareado. Su aroma también se intensificó cuando Jungkook le echó una mirada rápida, podía casi jurar que estaba liberando feromonas para atraerlo... ¡Y esa no era su intención!
El omega sintió sus piernas temblorosas y a su lobo gritar emocionado. Aún así, no se dejó dominar por la emoción en su interior, y con toda su valentía lo volvió a encarar.
—No es buena idea que salgas de aquí, la herida aún está reciente y por una fuerza mal aplicada podría abrirse.
—¿Me vas a detener? —inquirió, retándolo. Se acercó unos cuantos pasos hasta quedar a centímetros. Los nervios de Jimin se disparan y pronto siente desfallecer ahí mismo—. No tengo tiempo para jueguitos, doctor. Le agradezco su esfuerzo, pero tengo que volver.
—¿Pero qué rayos sucede contigo? —Jimin gruñó—. Acabas de tener una maldita cirugía que nos costó cuatro horas, las costillas están jodidamente fracturadas, ¡los brazos heridos! ¿Qué demonios pasa por tu cabeza?
—Trabajo. Eso es lo que pasa por mi cabeza, es algo que no entenderías.
—¿Perdón, cómo dijiste? —preguntó incrédulo—. De verdad que no tienes idea del trabajo de un doctor, las horas en vela, el sacrificio... ¡Alfa idiota! No creas que te vas a ir así como así —Park lo agarró del brazo, y a la fuerza lo empujó hacia la orilla de la camilla. Jungkook hizo una mueca de dolor, que hizo considerar la fuerza con la que lo estaba tratando—. Te vas a acostar en esta camilla para volver a colocar el suero y cambiar las vendas, y no, no es una sugerencia, es una orden. ¡No me obligues a traer un maldito abrigo de fuerza!
—Si se trata de usted, no me importaría que me amarre a la camilla de hecho —Jungkook comentó burlón.
Jimin se quedó en silencio, no supo ni como tomarlo. ¿Era un indirecta sexosa o solo era él con pensamientos impuros con el alfa que tenía delante de él? Con el pecho al aire y sus perfectos abdominales.
—No digas estupideces y vuelve a tu lugar.
—¿Y si no quiero?
Jimin frunció el ceño, molesto.
—Maldito alfa insolente. ¡Soy tu doctor! No pienso discutir esto —esta vez Jungkook fue más rápido, y cuando Jimin trató de acostarlo por las buenas, Jeon agarró sus manos y las puso a cada lado de su cabeza, presionándolo contra la pared.
No fue tan fuerte, el alfa conocía los límites de su cuerpo y sabía que no debía hacerlo tan brusco porque podría lastimarse. Pero sí fue lo suficiente para dejarlo encerrado en sus brazos.
—Perdón no escuché muy bien, ¿cómo me llamaste? —preguntó muy cerca de sus labios, sin dejar esa mirada desafiante.
Jimin se derrite, no puede evitarlo pero su omega chilla emocionado al tener un alfa de aquella magnitud presionándolo contra la pared, desprendiendo aquel delicioso olor a sándalo que lo estaba comenzando a volver loco.
No reconoce ese sentimiento, lo único que puede sentir es su cuerpo volverse gelatina y a su omega gritar por atención. ¿Desde cuándo lo tenía abandonando sin cumplir sus caprichos y necesidades? No recordaba cuando había sido la última vez que pasó un celo junto a alguien...
En realidad... Sí, hace dos años exactamente.
Fue peligroso por supuesto, además de arriesgarse a una marca no deseada, había que añadir que en esos momentos no era él, era su omega tomando control de su cuerpo, con la idea de tener un cachorro.
—Alfa insolente —repitió sin sentirse intimidado por su presencia. Al contrario, sentía su corazón latir fuertemente.
—Eres bastante valiente y atrevido como para decirle insolente a un alfa, pequeño doctor omega —comentó, burlándose—. Podría comerte, ¿no te da miedo? —amenazó.
—S-Señor Jeon, por favor... No estoy jugando, de verdad no podemos permitir que se vaya, está recién despertando de una cirugía —comentó, volviéndose un manojo de nervios al tener su respiración tan cerca. No sabía si era todo el tiempo que había pasado sin un alfa a su lado, pero comenzaba a actuar como un pequeño omega tonto, según sus pensamientos. A pesar de esto, no se dejó intimidar—. Soy tu doctor y harás lo que yo diga y punto.
Jimin no lo discutió más y de su bata sacó un tranquilizante, era una pequeña aguja en forma de lapicero, con esto pinchó la piel de Jungkook para que este cayera dormido casi de inmediato. Y así fue, el alfa comenzó a sentirse somnoliento y sin fuerzas, antes de que se desplomara en el suelo el omega lo guió hasta la camilla, donde quedó profundamente dormido.
Park aplicaba esa técnica más que nada con pacientes alfas que perdían el control en el hospital, ya fuese por distintas razones, siempre lograba ser muy efectiva. Así por lo menos durarían dormidos un buen rato y despertarían aturdidos.
—Si te hubieras comportado no habría tenido que hacerte esto —comentó, negando suavemente con la cabeza mientras volvía a aplicarle el suero a la intravenosa.
Pronto volvió a la seriedad de antes. Nunca nadie antes se había atrevido a enfrentarsele de ese modo. Ni siquiera los doctores alfas de puestos más altos. Aunque cabe destacar que, Jungkook era sólo su paciente, un paciente que le iba a sacar canas por lo testarudo que era.
Lo que sí le causó curiosidad fue su actitud tan orgullosa y prepotente, generalmente eso era entre alfas, no alfas y omegas, donde estos siempre trataban de conquistarlo. ¿Sería que no se dio cuenta que era omega...? No, imposible, él lo mencionó anteriormente.
—Bah, y a mí que me interesa —hizo un mohín, cruzándose de brazos.
Quizá... El doctor Park estaba demasiado acostumbrado a los halagos y tratos que recibía, que al recibir uno completamente diferente se desconcertó.
—Doctor Park... ¿Se puede? —la enfermera finalmente se atrevió a tocar, temerosa de llevarse algún regaño.
—Sí por supuesto, adelante.
Minhyun y la enfermera se adentraron a la habitación, esperando ver un completo desastre en ella. No pudieron escuchar muy bien la discusión de esos dos, pero sí era bastante obvio que algo andaba mal ahí adentro cuando las voces exaltadas podían ser percibidas.
—¿Tuviste que usar un tranquilizante? —preguntó Minhyun riendo, mirando la aguja.
—Tuve qué. Nunca había tenido un paciente tan revoltoso como para irse el mismo día de una cirugía.
—Es entendible... Al ser teniente de todo un grupo de policías supongo que estaba preocupado más por el trabajo —comentó la enfermera—. ¿Qué hará cuando quiera irse nuevamente, doctor Park?
—Yo nada, ustedes serán los encargados de eso. Yo terminé mi turno ahora —ríe—. Pero no sé preocupen, Chanyeol cubre mi turno hoy. Le daré las indicaciones y la información sobre el paciente Jeon. Al ser un alfa supongo que debe entenderlo... Para bien o para mal.
—No creo que sea una buena idea, Minnie. La última vez que Chanyeol atendió a un paciente en condiciones graves, casi lo mata en lugar de salvarlo —Minhyun se cruzó de brazos.
—Pero eso fue porque el paciente estaba siendo muy necio... Supongo que el instinto alfa los dominó y casi se matan —ríe Jimin—. Ese no es mi problema. Yo seguiré monitoreando su estado y no dejaré que Chanyeol se encargue de algo más que no sea cambiar el suero y las vendas. El tranquilizante lo pondrá a dormir todo el día, así que para mañana en la mañana volveré a ser su doctor. Lia, por favor encargate de los medicamentos suministrados, y hazme saber si hay familiares del paciente.
—Como usted ordene, doctor Park. Ah, por cierto. El capitán regresó a preguntar por su estado hace unas horas en la mañana. Volverá en la noche.
—Muy bien, por el momento no se permitirán visitas. Eso aplica para sus familiares —dice, anotando unas cosas en el expediente—. Muy bien, yo me marcho, creo que he pasado más de treinta y dos horas sin dormir, de verdad necesito descansar.
—Es lo que te decía Minnie, debes cuidar más tu salud —Minhyun se acercó para tomarlo de la cintura y llevarlo hacia afuera.
—Cuidado con las manos, Minhyun. No creo que a Chanyeol le agrade ver como coqueteas y tocas a su ex esposo —sentenció Lia con una risa.
Jimin bufó y apartó las manos de Minhyun de su cintura.
—Chanyeol y yo quedamos en buenos términos, pero eso no significa que tiene derecho de exigir una explicación de lo que hago o no con alguien más —enarcó una ceja, recibiendo una mirada divertida y traviesa de la enfermera y Minhyun.
—Uhhh... ¿Entonces no te molestaría que te invite alguna vez a una cita? —el doctor se acercó y puso la mano en la cadera de Jimin.
—Mhm... Quizá —Jimin rió divertido.
Obviamente eso nunca iba a pasar pero a veces le gustaba ser travieso y darle falsas ilusiones a los alfas que lo cortejaban.
Lia se carcajeó —Ustedes son la parejita que todo el hospital desea ver juntos —dice riendo—. Dejen su coqueteo para después y salgamos.
✧✦✧
Jimin llegó exhausto a su departamento. Lo primero que hizo fue quitarse los zapatos y recostarse en el sofá, llevando sus manos a su rostro. Estaba seguro que tenía unas ojeras enormes, casi no comía bien y estaba bastante delgado a su parecer.
Pero no podía evitarlo. Su trabajo era salvar vidas, y siempre estaba ocupado. Tan ocupado que no tenía tiempo para su vida social, tan ocupado que el tiempo le robó su matrimonio.
Mirando la foto en el estante, sonrió. Era una foto de Chanyeol y él.
Hace dos años se habían divorciado, su matrimonio fue... dulce. Jimin no tenía malos recuerdos de ello, de hecho aún quería bastante a Chanyeol y ambos quedaron en buenos términos. Sin embargo, había algo dentro suyo que aún le dolía bastante. Quizá fue el rechazo de su padre, o la situación que llevó a la ruptura.
—Quizá fue el tiempo... Nuestro matrimonio fue bastante dulce. Pero el amor no fue suficiente para mantenerlo —recordó con una sonrisa agridulce, mirando la foto de ambos.
Chanyeol lo abrazaba por la cintura, besando su mejilla, mientras él se encontraba riendo, mostrando sus perfectos dientitos. Se veía tan felices...
¿Por qué aún tenía una foto de su matrimonio? Bueno, Jimin antes de casarse con Chanyeol habían sido amigos muy cercanos, así que aunque su matrimonio no funcionara, aún recordaba la hermosa amistad que mantenían.
Para su buena suerte, ya no sentía nada por él. Pero... Seguía siendo dolorosa la razón de la ruptura.
—Bien, es hora de tomar una ducha y quitarme este olor a alfa estúpido —negó con la cabeza, recordando el intenso encuentro con aquel teniente.
Jimin no lo podía negar, era demasiado atractivo y guapo, su espalda remarcada, aquellos fuertes pectorales y su pecho vendado, aún así de herido se veía casi perfecto.
El omega terminó de darse una ducha rápida y se acostó en la suavidad de su cama luego de ponerse la pijama. Los recuerdos no podían irse de su mente. Aún recordaba perfectamente como Jungkook lo había acorralado con las pocas fuerzas que tenía sobre la pared, demostrándose como todo un semental que no se dejaba dominar a su primer mando, aún cuando él era el doctor y tenía que acatar sus órdenes.
Jimin gruñó frustrado. No tenía nada contra él pero sabía que tenía el mismo carácter orgulloso y terco, sería bastante difícil llevarse bien con él en las terapias y chequeos médicos.
Por otro lado, la sensación de sentirse dominado aún no se iba de su cuerpo. Esos brazos, la respiración cerca suyo, ese hombre como tal.
—Mhm... —suspiró, colocándose boca arriba.
Si bien llevaba mucho tiempo solo, (básicamente desde que se divorció de Chanyeol), no se atrevía a hacer nada de lo que su lobo estaba exigiendo. Necesitaba caricias urgente de ese alfa, sentir ese cuerpo encima del suyo jodiéndolo con fuerza, susurrándole suciedades al oído, porque a Jeon tenía esa pinta de gustarle el sexo rudo. Y con sólo pensarlo a él también le encantaba.
Jimin mordió su labio inferior y suspiró, llevando una de sus manos a sus pequeños pezones, acariciándolos con suavidad. Y se avergonzó, porque él nunca tuvo la necesidad de hacer eso, ni siquiera cuando estaba casado con Chanyeol.
Ahora se sentía caliente, muy caliente y excitado al pensar en el teniente Jeon. Con aquel uniforme de policía que lo hacía verse aún más atlético, dominante y atractivo.
—Oh Dios... —gimió y se acomodó en una posición más explícita para lo que estaba apunto de hacer.
Estaba húmedo, podía sentir como su entrada se contraía excitada y derramaba sus jugos naturales, lo suficientemente lubricado y listo para ser tomado ahí mismo. Pero eso era lo frustrante, Jimin no tenía nada. Solamente el aroma de aquel alfa impregnado en su nariz y a su lobo rogando ser follado por Jeon Jungkook.
—¿Por qué ahora...? —se recuesta en el respaldar de la cama mientras se deshace de su ropa interior. El omega abre sus piernas y se lleva dos dedos a su boca, chupándolos y perdiéndose en sus pensamientos calientes.
Jungkook tomándolo de la cintura y adentrándose en sus calientes entrañas mientras abría sus piernas a más no poder hasta que el estiramiento ardiera. No podía evitarlo, su imaginación estaba yendo muy lejos. Esta vez el alfa lo manejaba de la cintura y lo penetraba de golpe, embistiéndolo rápidamente sin dejarlo tomar un respiro, provocándole gemidos de placer que iban cada vez más fuerte.
—Ah, Jungkook... Dios, sí, más... —familiarizado con lo que estaba a punto de hacer, saca los dedos de su boca y los lleva a su húmeda entrada, sin dificultad logra meter dos hasta el fondo, rozando sin querer ese carnoso punto que lo hizo delirar y perder la fuerza en sus piernas. Al instante sus paredes apretaron alrededor de sus dedos, sintiendo su propia calidez—. Más rápido, más fuerte... —pide, casi perdido en el delirio.
Ahora puede ver a Jungkook debajo mientras él lo montaba, moviendo sus caderas circularmente sobre su grueso e increíble miembro, de arriba a abajo, dándose cuenta como aquel bulto sobresalía sobre su vientre y lo llenaba por completo, las embestidas eran lentas con la intención de sentirlo más profundo profanando sus entrañas, hasta que no pudiera respirar.
Sus dedos logran alcanzar nuevamente su próstata y esta vez su espalda se arquea en un perfecto ángulo. Con gotas de sudor bañando su frente y su pecho, aumenta el movimiento en su mano, metiendo y sacando los dedos rápidamente hasta crear un sonido obsceno de chapoteo por la húmedad. Su lubricante natural se esparcía por sus muslos, cada vez más mojado.
Y Dios, Jimin nunca se sintió así de necesitado, ni siquiera en sus días cuando le llegaba el celo.
—Dios sí... Más... Termina dentro de mí —jadea, sintiendo su orgasmo llegar.
Su lobo jadeaba y gemía por un roce de verdad, quería a aquel increíble alfa en su cama, follándolo tan bien, tan fuerte que quedara satisfecho. No es como que no lo hubiera estado con el antiguo lobo de su ex esposo, pero Park había sido muy desconsiderado al olvidarse del placer y el sexo por un buen tiempo, teniéndolo casi en abstinencia.
Ahora lo castigaba con todos esos pensamientos calientes de Jeon Jungkook, de aquel alfa tomando control de su cuerpo y él entregándose sin queja alguna porque eso era lo que deseaba.
—Córrete adentro... Lléname de tu semen —Jimin no está consciente de lo que está diciendo, puesto que no era él quien hablaba. Había sido completamente controlado por su lado omega y ahora lo que más deseaba era ser follado entre los brazos de aquel alfa policía.
—Mierda, ya casi... Mhm... —pellizca sus pezones erectos, jugando con ellos.
Tampoco se siente lo suficientemente capaz como para parar, sentía su orgasmo llegar, los dedos de sus pies curvándose y temblando cuando la presión en su vientre vuelve. El omega empuja con fuerza con intensión de encontrar su próstata. Sus dedos se abren paso ante su estrecho y caliente agujero, que se contrae al instante de golpear su próstata. Esa acción lo hace gritar de placer y correrse sin remedio, liberando todo su lechoso y espeso semen en su vientre.
—Oh Dios... —jadea, recuperándose del intenso orgasmo. Saca sus dedos y los puede ver empapados de su propio lubricante—. Maldición... No puede ser cierto que acabo de masturbarme por un alfa. ¡Peor aún, por un paciente! —Park finalmente cayó en cuenta de lo que había hecho.
Y es que sí, su lado omega pudo tomar control de él por unos momentos. Pero eso no evitaba que tuviera en la mira a Jeon Jungkook. En especial por lo terco y orgulloso que era.
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